Por Juan Laborda* La maquinaria del poder político y económico de nuestra querida España, así como su entramado institucional, hace ya tiempo que entraron en una fase de descomposición. Las desigualdades, la pobreza, la indiferencia, la insensibilidad, las mentiras, la represión, la manipulación son aún sus señas de identidad. La novedad es que por primera vez en mucho tiempo los ciudadanos somos conscientes de ello y las élites extractivas empiezan a sentir el aliento de la ciudadanía. De ahí que diversas voces dentro del propio “establishment” hablen sobre la necesidad de cambiar algo las cosas. En este contexto y de…